miércoles, 28 de septiembre de 2011

Dos caras de la misma silla de ruedas

Recientemente en una de las tantas propagandas que el Régimen nos impone, tuve la oportunidad de escuchar una vez más la tan cacareada frase pronunciada, por el “ego de los egos cubanos”, al momento del juicio a su primera aventura política fracasada: “La historia me absolverá” (1953).
Han pasado casi 60 años de esa frase que dio la vuelta al mundo. No vamos a negar la fuerza de su embrujo durante los cincuenta, sesenta y setenta. Canciones, discursos, videos, libros, leyendas… Fue una “frase de frases”, pronunciada, muy probablemente, por el gran maestro de los ególatras latinoamericanos del siglo 20.
Me vino entonces a la cabeza otra frase, famosa por estas tierras, que se incubó en los llanos de Barinas, y que hizo su debut en la fracasada aventura del golpe del 92, así casi 20 años: “Por ahora”.
El Maestro de los Ególatras ha sobrevivido a batallas reales, enmarcadas en los enfrentamientos de las 2 grandes potencias del siglo pasado. Su frase todavía manda en las escuelas de la isla de la felicidad, y en la izquierda infantil latinoamericana.
En cambio, la dos palabras de nuestro Doctor Honoris Causa de la Universidad del Lumpen Revolucionario S-XXI, parecen no tener el “punch” suficiente para someter a los venezolanos por cuatro décadas más. Y una razón de peso es, que el candidato a  relevar al Maestro, parece estar enfrascado en una batalla, inesperada e impensable para un guerrero de guerreros, una lucha contra un cáncer mundano que trata de engullirlo lentamente, desde que le tocó la puerta, por allá en el año 2007.
Pero, pasados de años o con cáncer, estos personajes y sus élites pueden seguir complicándole la vida a nuestras sociedades. El Maestro “entregó el poder” en el año 2006. Han pasado 5 largos años desde entonces. Nuestro pichón recibió un preaviso en el año 2007, y es ahora que está pasando a la reserva. Todo el “aprendizaje de los 5 años” del proceso del Maestro está siendo transferida a nuestros especialistas del poder popular….
Ambos “ególatras” disfrutan un super privilegio, y comparten un rol perverso. Por un lado, viven la deseable etapa del “buen morir”, y por otro lado, son los actores estelares de la misión del “morir sometiendo”.
En el primer caso, son los clientes VIP de los avances de la medicina y las tecnologías en el primerísimo mundo. Son los Walt Disney del siglo XXI, que están esperando que su cápsula llegue a las manos correctas de algún mago de la medicina en el menor tiempo posible….
En el segundo papel, se combinan sus miedos a morir de mala manera con las necesidades de los sucesores, tan limitados del carisma de aquellos, pero tan o más versados en la continuación, “mito en mano”, de la dominación. Tan expertos en la tarea de “lumpennizar” a sus pueblos, y en definitiva, tan beneficiados de la sabrosa experiencia de disfrutar de las arcas del tesoro nacional……
Esta simbiosis maquiavélica, entre carismáticos moribundos y herederos necesitados de éstos, encierra un drama para la sociedad que no tome conciencia de ello.
Hoy tenemos a dos mitómanos aferrados a sus sillas de ruedas, a su “mejor morir posible”; y también tenemos a “dos pueblos en sillas de ruedas”, llevados inteligentemente a conformarse con las apariciones repentinas de los líderes, cargados de reflexiones, llenos de miradas amorosas, sentados en poses místicas, y desembuchando análisis salomónicos…..
¿Hemos tocado fondo? No lo creo.
¿Podrán despertar estos dos países que están siendo sometidos a un plan fríamente calculado por esas cúpulas que necesitan eternizar a sus maestros so pena de perderlo todo, cabezas incluidas?
Cuba, con su Lumpen alfabetizado y ordenado, pero improductivo a más no poder, parece estar más cerca del camino de la emancipación.
Venezuela con su Lumpen desbordado, caótico y resabiado, parece que va  adentrándose en la parte oscura del siglo 21, en el enfrentamiento inevitable de barbarie versus civilización.
Hace 22 años los saqueos del Caracazo, hace 19 años los saqueos de los golpes fallidos, hace 9 años los saqueos del 13 y 14 de abril, hace unos días los saqueos de Morón.
Un pueblo que cuando explota solo sabe saquear, refleja lo enfermo que está, lo fácil que es de manipular, y lo más importante, lo difícil que es de que se encamine hacia la civilización.
¿Qué tan perversas pueden ser nuestras élites? Pregúntenle a los que están detrás de esas dos sillas de ruedas. Ah, y también a CAP y Caldera.
Si toda la política de la oposición democrática se coloca en la “cesta de las Elecciones”, y si éstas son ganadas por el ComaAndante y su cúpula, ¿Qué pasará?
Y si gana la oposición democrática, ¿Tendrá idea de cómo manejar a una Venezuela lumpennizada, destartalada e informal, caldo de cultivo para nuevas y peligrosas intentonas?
Ayer, hace 30 años, un hombre cerró la única gran historia política de la Venezuela del siglo 20.  Hoy,  en medio del oscurantismo que todavía nos angustia y consume, cabe preguntarse:
¿Dónde estarán los Betancourt del siglo 21?
Twitter: @igaztelu

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