domingo, 5 de febrero de 2012

La asociatividad y la productividad: claves para salir de la crisis

Iñaki Gainzarain.    @igaztelu    http://esytransformacion.blogspot.com


Venezuela atraviesa una crisis profunda. Basta constatar cifras básicas del sistema económico para comprender la magnitud del desafío, en lo humano, en lo productivo y en las relaciones de los actores: 50% de población activa en la informalidad, 10 % en el desempleo, 80% de los empleos formales con un pago aproximado de 200$ mes (calculado al dólar innombrable, que es el que consigue a duras penas el común de la gente);  y en el plano empresarial, cierres de empresas, estatización improductiva, y misiones sociales “bajando” dinero a una masa, sin su correspondiente contraprestación productiva. En el marco institucional cero cooperación del estado con las empresas privadas tradicionales. En el aspecto de la productividad de los trabajadores, Venezuela casi en el último lugar.
El sistema educativo tiene impactos fundamentales en el individuo, la familia, el aparato productivo, la sociedad, la nación como ente soberano, y el ambiente como hecho solidario intergeneracional.
El profesor Carlos Molina Camacho señaló  la necesidad de promover con seriedad el modelo de las cooperativas escolares en todos los colegios y liceos del país (La Economía Social empieza en las Cooperativas Escolares), como paso fundamental en la construcción de una una sociedad solidaria.   El profesor Mario Fagiolo, en su artículo “Responsabilidad Social: una clave para Salir de la Crisis”, apuntaba que  “…Las sociedades de las naciones caen víctimas de una ‘ilusión de riqueza’ que no tiene bases en el sistema real de la producción de bienes y servicios… Hacen falta ideas y palabras nuevas que permitan restablecer la comunicación entre los principales elementos de la sociedad: la Sociedad Civil, las Empresas y el Estado”.
La educación responsable, acompañada de una responsabilidad social madura, pueden moldear el sistema educativo nacional, impactando positivamente en áreas como: la transformación del hábitat, el fortalecimiento del entramado productivo, y la transferencia de parte importante de los servicios públicos a las comunidades donde se inserta la estructura educativa transformacional.
La “asociatividad y la productividad” deben ser objeto de un programa educativo que estimule desde la niñez hasta la finalización del ciclo universitario, actitudes y aptitudes orientadas a resolver en forma conjunta los problemas, y a crear estructuras socio-económicas formales que funcionen eficiente y eficazmente. Y este asunto va mucho más allá de las cooperativas.
En Venezuela, si nos adentramos en los barrios y urbanizaciones, o en el mundo de las empresas, notaremos un enorme déficit de asociatividad y productividad. Desde observar cómo trata la comunidad el problema del agua en su barrio, pasando por  constatar la inexistencia de empresas asociativas con alto grado de especialización e inversión (p.ej. no hay centros de investigación científica nacidos de la asociatividad de empresas privadas), hasta comprobar que ningún barrio ha diseñado por iniciativa propia, su “plan maestro de urbanismo y servicios”, camino para la solidaridad intergeneracional, ésa que garantiza la transformación local de la calidad de vida.

1 comentario:

  1. Estimado Iñaki, creo que es indispensable en cultivar la cultura de la asociatividad, espero que sea a partir de personas que como tu tienen una experiencia real, cierta y exitosa en el tema y no de "teóricos académicos" que nunca ha hecho un esfuerzo productivo. Creo que la cultura de la asociatividad en más extensa no solo a las cooperativas, sino que abarca otros ámbitos como las redes I+D+i. Estimado amigo es un gran tema.

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