sábado, 15 de diciembre de 2012

LOS MERCADOS LO QUIEREN MUERTO


Iván Gutiérrez.-

            No deja de conmover, por la mezquindad y frivolidad implícita, la noticia que dio cuenta que el valor de los bonos venezolanos habían subido de precio al conocerse que el presidente Chávez no asistiría a la reunión del MERCOSUR. Luego, al aparecer de nuevo en el país el presidente, se informa que el precio de aquellos papeles retrocedió.
            Las señales que envían los mercados son inequívocas. Están convencidos que la muerte de Chávez abriría el camino para que se produzca la restauración de un sistema político en el cual ellos pondrían las condiciones. También está implícito en este mensaje que la sola posibilidad de una próxima desaparición del Presidente desataría una serie de movimientos que quizás no estén orientados a tomar el curso que marca la Constitución.
            El Presidente ha anunciado al país que ha aparecido una nueva lesión maligna que lo obligará a realizarse una intervención quirúrgica. Asunto delicado dado el tipo de dolencia que padece.
            ¿En qué situación estamos frente a este nuevo evento? En primer lugar, no se puede obviar que Chávez acaba de obtener un triunfo resonante el pasado octubre, aun y cuando se encontraba menoscabado en su salud y pese a presentar su gobierno deficiencias inocultables. Aun así, su triunfo electoral fue inobjetable.
            La oposición, a pesar de haber alcanzado un porcentaje muy importante de votos, inmediatamente se desgajó. Su abanderado decidió asumir el rol de líder de una región, presentándose como candidato a gobernador. Muchos datos indican que pudiera salir derrotado de nuevo. Esto asestaría un duro golpe a la oposición que perdería al líder en el cual han invertido mucho esfuerzo, al punto de haber figurado con alto puntaje en el evento electoral realizado. Muchos opinan, nosotros entre ellos, que aun ganando la gobernación de Miranda habría perdido la oportunidad de crecer como líder nacional. Demostración palpable de no estar preparado para jugar aquel papel.
            No solo eso, ese sector aun no termina de armar una fuerza política homogénea, capaz de asumir las riendas del país y de garantizar la paz social. Tampoco presentan un proyecto que pueda ser proyectado como programa aglutinador. Su planteamiento continuará ideológicamente dominado por las mismas tesis que aceleraron la caída del Pacto de Punto Fijo; razón por la cual no encuentran audiencia entre las mayorías del país.
            Los mercados  probablemente contengan sectores capaces de fomentar o propiciar cualquier aventura. Estos años han demostrado que en materia política no cuentan con las herramientas para presentar un proyecto viable. Los ejemplos sobran en este sentido.
            Luego, los venezolanos vamos a tener que ver con mucho cuidado cual es el rumbo que se va a tomar. La Constitución indica unas vías en caso de que el Presidente no esté en condiciones de continuar al frente del gobierno. En tanto esto no ocurra el vicepresidente asumirá las responsabilidades de la Jefatura de Gobierno. Otra cosa distinta sería si se produjera una falta absoluta, en cuyo caso la Constitución también contempla un camino.
            Puede ocurrir, sin embargo, que sectores enemigos del gobierno que aun cuentan con muchas maneras de provocar aceleración de crisis, coloquen al país al borde de una conflagración  en su desesperación por ponerle manos al poder. Para ello pudieran contar con sectores de la clase media que están tan desesperados como aquellos, pero que igualmente carecen de una proposición razonable capaz de alcanzar el apoyo del sector mayoritario que ha votado a Chávez.
            Hay que agregar que el próximo 16 de diciembre el mapa electoral del país puede amanecer teñido de rojo en un altísimo porcentaje, lo que ratificaría lo alcanzado el 7 de octubre. Con una adición: no solo han votado a un líder, sino a un modelo; a una nueva legitimidad, lo cual otorga otras cualidades a la opinión emitida.
            Si esto ocurriera, como es muy probable que sea, el chavismo dejaría de ser una manera de identificarse en un ambiente polarizado, para solidificarse como forma de expresión de los humildes. Tal y como ocurriera con el Peronismo, el Allendismo, el Gaitanismo, y el Zapatismo, por colocar algunos ejemplos.
            Esto coloca al chavismo como la fuerza política fundamental en la construcción de la nueva legitimidad que se iniciara a partir del 98  y cuya vía ha sido la democrática.
            Por supuesto, el chavismo no es una fuerza monolítica, como tampoco es la oposición. Dentro de él se mueven diversas visiones, pero sería un error apostar que, en ausencia del líder, se rompería en mil pedazos. Lo que se ve es que se están produciendo acuerdos entre sus diversas corrientes, conscientes de que una división los llevaría directo al infierno.
            La política para todos cobra una dimensión distinta ante este problema de salud del presidente. Desde el chavismo se estará obligado a ensayar nuevas tácticas, pues no es posible imponer a troche y moche una nueva legitimidad en un ambiente democrático. Por ahora es necesario generar iniciativas que le resten fuerzas a la aventura; que consoliden las vías propuestas en la Constitución y que apostemos por tener un país; una patria.

2 comentarios:

  1. Totalmente en desacuerdo con la afirmación del autor: "En primer lugar, no se puede obviar que Chávez acaba de obtener un triunfo resonante el pasado octubre, aun y cuando se encontraba menoscabado en su salud y pese a presentar su gobierno deficiencias inocultables. Aun así, su triunfo electoral fue inobjetable." El triunfo fue un fraude más en la lista del delincuente de miraflores !

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  2. Es evidente que el autor de este artículo convalida el modelo fraudulento que ha instaurado el Régimen Militar, que se viste de popular pero que encierra lo peor del militarismo entreguista, con el agravante de manejar además, el tráfico de drogas, gasolina, minerales, y relaciones con países que se han convertido en especies de sanguijuelas de nuestra querida Venezuela.
    El como muchos otros, se aprovechan de que el liderazgo de la oposición evidentemente participa en este carnaval financiado por el petróleo.
    Lamentable el momento histórico que vive Venezuela.

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